Sergio Pérez de Arce sscc
Las diversas denuncias sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes, y la acusación de encubrimiento y/o tolerancia de esos hechos por parte de la Jerarquía, situación reconocida por el Papa Benedicto XVI, está haciendo vivir a la Iglesia tiempos malos, de descrédito y de vergüenza.
Hay un daño a la imagen pública de la Iglesia y del sacerdocio, lo que no es un tema menor, pues la credibilidad del testigo es esencial en el anuncio del Evangelio: si se sospecha de la integridad del portador del mensaje o se cuestiona su actuar moral, se hace más difícil el impacto positivo de ese anuncio. Y hay un desánimo en el pueblo de Dios, especialmente en los agentes pastorales, quienes se encuentran con más dificultades y críticas en el ejercicio de su misión. La autoridad misma de la comunidad, necesaria para transmitir el mensaje, queda en entredicho. Todo esto, sin contar con el desencanto e indignación que produce el daño que se hace a las víctimas.
¿Por qué hemos llegado a esto? ¿Por qué no actuamos a tiempo como Iglesia para evitar estas situaciones? Mi impresión es que a la Iglesia le ha costado comprender que el abuso de menores es un delito. Ha parecido normal tratar de proteger al que se equivoca, al enfermo, al pecador, evitándole verse sometido a una situación escandalosa. Como una madre que intenta proteger a un hijo que ha caído y que intenta rehabilitarlo por su propio esfuerzo, se ha querido rehabilitar al abusador internamente. Lo que no se ha medido en toda su magnitud es que el abuso es un delito, que hace daño evidente a terceros, y que ante eso la primera respuesta debe ser la denuncia y la aplicación de justicia. Sólo después puede venir el esfuerzo de rehabilitación.
En el último tiempo, la sociedad ha hecho un avance significativo en la consideración de la gravedad del abuso de menores. Décadas atrás, se toleraban más, en la familia y otros ambientes, situaciones que hoy sin ninguna duda son calificadas como abuso sexual. En este sentido, la conciencia moral de la humanidad ha avanzado y la Iglesia misma ha ido aprendiendo. Vale la pena no olvidar esto: la Iglesia tiene que aprender de la sociedad civil y no sólo pretender enseñar.
¿Qué hacer ante esta situación que vive la Iglesia? ¿Con qué actitud vivir estos tiempos malos?
Ante todo, con humildad. No se pueden minimizar los hechos. Aunque haya muchos sacerdotes ejemplares, estamos ante un problema real que no se puede esconder. Humildad, también, para no situarnos ante el mundo desde una supuesta superioridad moral. Pretender situarse como expertos o maestros, sobre todo en cuestiones morales, resulta cada vez más inaceptable para mucha gente. ¿Cómo aportar a la sociedad la luz del mensaje evangélico en el contexto cultural y eclesial actual? Tenemos mucho que reflexionar.
Una segunda actitud es una auténtica fidelidad al Señor y compromiso con la misión. Seguimos siendo discípulos de Jesús, él nos sigue enviando. Haber conocido ha Jesús sigue siendo el mejor regalo que hemos recibido y testimoniarlo con nuestra palabra y obra, sigue siendo nuestro gozo. Posiblemente haya que superar más obstáculos para vivir la misión, porque tenemos menos prestigio. Pero una vida entregada, que se da por una causa noble como es la causa de Jesús, siempre hará algún bien y será una semilla del Reino.
En tercer lugar, tenemos que buscar la reforma de la Iglesia. Ella es nuestra comunidad, Jesús la quiere y la necesita para su misión, y espera que entre todos la hagamos mejor y más transparente en sus valores y actuaciones. Hay muchos temas que en la Iglesia no se dialogan, no se debaten, y esta situación no resiste mucho tiempo. A no ser que la Iglesia prefiera quedarse como una señora vieja, autosuficiente, pero ajena y extraña al mundo de hoy.
Me gustó la reflexión… El clamor mayor de todos los que amamos de verdad a la Iglesia es uno solo: Volver a Jesús. Todo lo demás vendrá por añadidura. Está garantizado…
Ramón
Como iglesia necesitamos dejar de movernos en base al temor, que nos situa frente al mundo (como si no fuéramos mundo) en una actitud defensiva, eso está muy lejos del modo de ser de Jesús, que se situaba de manera escuchante y dialogante. Es un grave error adoptar la conducta de la víctima herida que se defiende de los lobos que la atacan cuando lo que se nos enrostra son echos objetivos que dañan a personas concretas y de los cuales debemos hacernos responsables. Lo que no es asumido no es salvado.
Necesitamos un nuevo concilio (así como actualizar el Vaticano II), un espacio de diálogo abierto donde vuelva a fluir el Espíritu, donde el Evangelio sea fuente de vida y de libertad, donde la verdad tan apreciada por nuestro pontífice se ponga al servicio del amor, único criterio de juicio del Señor ("a la tarde de la vida te examinaré en el amor", San Juan de la Cruz).
Esta es una oportunidad que tenemos como iglesia de reconocer hasta dónde llega la debilidad humana y hasta qué punto es necesaria la misericordia. Del juicio civil se encargarán los tribunales de los Estados, pero de la misericordia la iglesia no puede excusarse, y así como se la debe a sus sacerdotes, también se la debe a tantos laicos a quienes impide acceder a la comunión eucarística por afirmar que están en un pecado permanente, siendo que en el fondo no han hecho otra cosa que tratar de rehacer sus vidas iniciando una nueva vida marital. "Si alguno está libre de pecado que tire la primera piedra".
Que el mismo amor por nuestra iglesia nos ayude a aportar en ella semillas de renovación acogiendo lo que el Señor nos habla tanto desde dentro como desde afuera.
Gracias Sergio por invitarnos a la reflexión y al debate en temas sensibles y difíciles, pero de los cuales no nos podemos desentender.
Matías Valenzuela sscc
Pienso que la Iglesia es tambièn un medio y no un fin. Por eso, cuando como miembros suyos afeamos el rostro de Cristo, tambièn en esas circunstancias la invitaciòn esencial vuelve a aparecer. Necesitamos buscar màs al Señor de la Vida y la Resurrecciòn (y no quedarnos en ningùn medio).
Algo ha estado ocurriendo en la Iglesia donde han aparecido algunos grupos nuevos donde, con alguna frecuencia, el nombre del Fundador ha desplazado el nombre de Jesucristo. Algo ha estado ocurriendo en Ella donde, despuès de la alegrìa que nos trajo el Concilio respecto al uso de la lengua vernàcula, no han faltado los que se han denominado a sì mismos con nombres latinos. Que el Señor de la Pascua nos ayude a reconocer nuestros errores y pecados y, con sencilla humildad, seamos capaces de reconocer que "Por haber creìdo en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen" y tambièn a nosotros. Percival Cowley V. ss.cc.
Como iglesia me parece que tienen que dejar de formar mentes enfermas, dejar de lucrar con la fe de las personas……
el texto solo tiene como premisa
"la iglesia tiene que reconocer que el abuso de menores es un delito" ¿luego de eso que?
creo que no todos los curas son pedofilos, pero si un gran porcentaje de ellos y no solo son consumidores de niños, tambien lo pueden ser de prostitucion….
la imagen de la iglesia esta por los suelos… partiendo por el actuar del papa, de sus curas es una bomba de tiempo, por mucho que crea en dios no tengo miedo en decir que la iglesia es turbia, en que no acepto que un cura me hable del perdon, ayudar a los demas y terminando eso se vaya a fornicarse a un niño.
saludos
Para Gonzalo Celis: Encontrando razón en el fondo de tu crítica, me parece que generalizas demasiado en tus juicios ("no todos los curas son pedófilos, pero sí un gran porcentaje de ellos"). En este duro tiempo, es bueno reconocer que un gran porcentaje de curas se juega la vida en sectores de extrema pobreza e indefensión, por puro amor al Evangelio, allí donde no se la juegan de esa manera ni militantes políticos ni independientes especialistas en criticar cómodamente frente a un computador. Seamos justos. Muchos laicos conocemos curas que valen la pena. Y a mucha honra.
Juna Carlos Jaramillo
Gonzalo,
la única premisa no es "la iglesia tiene que reconocer que el abuso es un delito"… Otra cosa que sostengo es la reforma de la Iglesia. A lo mejor habría que explicitar más, pero pienso en la formación en los seminarios, la selección de candidatos al sacerdocio, la ordenación de hombres casados, la curia vaticana, etc. Es evidente y urgente la necesidad de cambiar. Tu comentario me hace insistir en la urgencia de cambiar. Claro que quienes estamos todos los días "dentro" de la Iglesia, vemos no sólo turbiedad. Saludos. Sergio.
Que bien que se reflexione,en relación al tema de la pedofilia de parte de los sacerdotes. Sin embargo creo que esto es solo una de las razones por las cuales los sacerdotes están tan desprestigiados. Personalmente cada vez me desilusiono más de la inconsecuencia entre lo que se predica y lo que se practica. Se habla mucho de que como católicos tenemos que imitar a Cristo, de tratar de ser como El: luz del mundo. Pero ser luz implica iluminar, mostrar la realidad y denuciar cuando el camino es el incorrecto. Aquí está el problema: creo que los sacerdotes no están siendo luz del mundo, falta valentía y honestidad para denunciar lo que no está bien y para decir las cosas por su nombre y sobre todo. Creo que un ejemplo claro de esto es el silencio de la congregación respecto a un caso tan grave y tan cercano como lo fue el del scout Juan Bagnara ex alumno sscc.
"Mi impresión es que a la Iglesia le ha costado comprender que el abuso de menores es un delito."Me explica porque no me queda claro,hasta donde yo sé, yo simple y común mortal soy parte de la Iglesia y siempre he sabido que el abuso de menores o personas indefensas es un crimen…Por favor no quiera hacer pasar como un "error" una atrocidad que no tiene nombre.
Claudia, se afirma con toda claridad que el abuso de menores es un delito, es decir, un crimen, una acción voluntaria que hace daño a otro, y que supone la aplicación de justicia. A veces, en algunos ambientes, incluso en algunas familias, se ha creido que el abuso es una enfermedad, una desviación, una caída moral que se puede remediar intentando rehabilitar, ayudando al agresor, pero sin aplicar justicia, y esto es un error en el que ha caído la Iglesia. En ningún sentido intento aminorar la gravedad del abuso. Saludos. Sergio.
No importa la causa: sea una desviación o simplemente maldad. Lo único que importa es el daño que se le hace a personitas indefensas, a seres puros e inocentes. Sea la causa que sea la pedofilia es un delito , el peor y uno de los más cobardes y la Iglesia debería ser la primera en denunciarlo y CASTIGARLO. No emcabe en la cabeza por qué tanto silencio y ocultismo.
Claudia… si a la Iglesia le cuesta entender que la pedofilia es delito… ¿en qué mundo estamos?. No es en el que me criaron …ni en el que escuché prédicas que hablaban del amor. Si es así vivimos en la diensión desconocida y que miedo, porque qué queda para el resto de los "simples mortales".
Pero con mucho respeto… en este blog siempre tendran opiniones positivas aunque escriban cualquier cosa… si entre ustedes mismos se leen… si el blog fuera mas publico no tendrian opiniones tan empaticas.
ayer leí en LUN la defensa judicial de un parroco acusado de abuso y me parecio un chiste… no esta en igualdad con lo que aqui se plantea.. creo que un examen psicologico de admision para los futuros curas seria lo mejor. con eso la iglesia se evita pasar malos ratos
desconosco si los hacen, pero si se realizan el problema esta adentro entonces….
saludos!
Tengo entendido que esto es un blog público y no privado asi es que mientras más compartamos el link provechosamente nos será de utilidad a todos.
está bueno que se escriba sobre la crisis de la iglesia y que ésto nos invite a pensar,debatir,intercambiar ideas…sin agredir,sin ironías.con respeto aunque no estemos todos de acuerdo.imposible,además.
creo que la pedofilia es el más aberrante,asqueroso,inescrupuloso,dañino de todos los delitos.el abuso sexual en gral( desgraciadamente tuve la experiencia de vivir una violación)pero con los chicos NO!
y porsupuesto es un error muy viejo y equivocado que,en gral,la iglesia tapa TODO lo que pueda manchar su imagen y porsupuesto está esto que es el mayor error,sin duda.
pero tambien ha tapado curas que se han mandado muchas otros desastres,no tan grave como la pedofilia,pero todo suma!
lo digo con mucho dolor, porque yo soy parte de la iglesia tambien y además tengo muchos amigos curas de distintas congregaciones,del clero y la verdad que son tipos dignos de admirar.en mi parroquia son hnos ss.cc,la mayoría de los curas que estuvieron y están
hacen una entrega hermosa en el trabajo social de los barrios,pisando el barro,en medio de gente, en su mayoría excluída.drogadictos,gente sin trabajo,sin techo,sin posibilidad de educación…un gran índice de niñas embarazadas,abortos,prostitucion,vilolencia familiar,ninños expolotados para trabajar…podría escribir más y más.los curas están trabajando con ellos y para ellos…serían los leprosos de hoy…funciona el comedor "virgen de la paz", donde asisten más de 150 personas por día,el merendero p.damían,87 niños llegan a tomar la leche,comer algo,jugar o leer.además tenemos farmacia,psicóloga,asistente social,ropero,talleres gratis para que tengan salida laboral en un año,los mayores de 18 años y talleres para los chicos y jóvenes,biblioteca,ludoteca.
grupos de pre adolescentes,adolescentes,jóvenes en riesgo que no son exclusivamente sacramentales.y muchas cosas más…
y tambien quiero compartir que los curas de quiénes hablo y conozco muy bien,tienen humildad,viven de manera sencilla,simple,son austeros.no miran a la gente como si ellos fueran más,realmente hacen una opcion por los pobres.y sí no fueran así,la parroquia nunca podría hacer y estar tan dispuesta y con tanta entrega.viven el terco desafío del evangelio.destaco que la parroquia está animada por los hnos ,aunque tengo amigos curas que no son ss,cc y que tambien tienen esa fidelidad,porque en un comentario anterior se nombraba a alguien que era de la congregación.
hay excentes,mediocres y desastres curas en la iglesia en gral.hay de todo en la viña del Señor…tambien conozco muchooos!que se roban el dinero de los pobres,que hacen doble vida,que son mentirosos,que con sus testimonios alejan a la gente.sí,pero tambien están los que nombré primero.
ojalá que de ésta gran crisis aprendamos algo,maduremos,crezcamos…para eso son las crisis,no?sino,no tienen sentido.
necesitamos que las jerarquias bajen a la tierra y abran sus cabezas…modifiquen cosas.
la esperanza y la pasión liberadora del evangelio nos invita a seguir luchando para y por los más necesitados y excluídos…en el tratar de contemplar,vivir y anunciar!!!merlo-moreno(argentina)
pero
Gracias por la velentía en estos tiempos en que se cuestiona a la Iglesia, es bueno hablar y reflexionar sobre lo que nos pasa… Amando y sirviendo casa día por otro mundo posible.
Natalie Parra Coloma
Estimado Sergio:
Tu error de redacción y reflexión es el mismo cometido por los"teologos anacrónicos": dejan de lado al sufriente y se miran solo en el ombligo, centrados en el delincuente (sacerdotes pederastas) y no en la victima del delito (niños, jovenes en riesgo social, niños con retardo mental -cura Tato-, y muchos más). La Jerarquia Eclesial, lejana a la pobreza y simplicidad de la enseñanzan de Jesús, llena de boato y lujo, con buena comida diaria, con sirvientes y domesticas, han sido y son o complices o autores de delitos (Varios obispos estan implicados). La Iglesia debe refundarce, el mundo de hoy no cree en "los portadores del mensaje" porque ellos han ensuciado con su testimonio y vida la buena nueva y la convirtieron en noticia tenebroza. Uds. los curas se deben casar y hacer familias ejemplares, como lo predican, trabajar como lo hacemos todos, no vivir del altar, ni de las ganancias que dan los negocios como los colegios. Mientras sigan asi, solo seran "testigos" de su auto desctrucción. Sean autocriticos, no autocomplacientes, o autolastimeros. No se queden en el discurso, pasen a la acción. Sino seguiran defendiendo como siempre a los Karadimas, porque en su vida social han sido ejemplo, pero no en la privada.