IGLESIA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Por Nicolás Viel sscc

 

Hace pocos días gran parte de la Iglesia quedó desconcertada por los dichos de James Hamilton, uno de los querellantes del caso Karadima, contra el Cardenal Errázuriz a través del programa de televisión Tolerancia Cero. Pocos días después, fueron muy cuestionadas -más en la forma que en el fondo-, las declaraciones relativas al caso y a la figura del Cardenal Errázuriz por parte del hermano de nuestra Congregación Percival Cowley. Ambas declaraciones fueron consideradas inadecuadas. Ante tales antecedentes, surge la pregunta sobre si realmente existe Libertad de Expresión dentro de la Iglesia, y cuál es el grado de autonomía que tienen sus miembros y representantes a la hora de opinar. Por otra parte, ¿cuáles son las exigencias civiles que debe asumir la Iglesia en casos que incumben a toda la comunidad política, desde la perspectiva de una sociedad democrática?

 

No hay ninguna duda que el caso Karadima es un caso de interés público. Asimismo, tampoco hay dudas, por lo que hemos visto estos días, que frente a La libertad de Expresión de la sociedad civil y de los miembros de la misma Iglesia, ella se complica y razonablemente busca protegerse. En una primera dimensión la Libertad de Expresión es el derecho a decir cosas sin ser coaccionado. En un segundo sentido, corresponde a la construcción de un espacio público donde la mayor cantidad de personas tenga derecho a informarse y contribuir al debate. La primera dimensión procura que no haya censura y la segunda vela por la constitución plural de nuestra sociedad. Si a ésta le cuesta asumir esta segunda dimensión, a la Iglesia le cuesta asumir ambas.

 

El fuerte cuestionamiento a las declaraciones dan cuenta de lo restringido que están los umbrales de la Libertad de Expresión dentro de la Iglesia, y la dificultad que tiene la misma a la hora de asumir las consecuencias y deberes civiles de sus actos. No hay dudas que en el caso Karadima existe un interés público comprometido. Ante un caso de estas características la primera consecuencia jurídica y social es la disminución del umbral de protección a la privacidad de los implicados, pues quien detenta un cargo público ve mermada la esfera de protección a la intimidad a la que tiene derecho. Una segunda consecuencia tiene que ver con el aumento de los umbrales de Libertad de Expresión a los niveles más altos dentro de lo que la ley tolera. Frente a un caso de esta naturaleza, el compromiso cívico con el esclarecimiento de los hechos y castigo de los responsables exige incentivar la mayor expresión y diversidad posible de opiniones. La Iglesia acepta en parte la disminución a la protección de la privacidad mas no la extensión de los umbrales de la Libertad de Expresión. Como todo lo que concierne al caso Karadima es un asunto público, cualquier ciudadano tiene el derecho a informarse y emitir opiniones respecto del caso y del grado de participación y responsabilidad de los involucrados.

 

Todos pueden opinar si las autoridades eclesiásticas actuaron con negligencia, encubriendo abusos o bien obstruyendo a la justicia. Por su parte la justicia dirá lo suyo. Distinto es el caso de las declaraciones emitidas por miembros de la Iglesia. Es importante distinguir entre aquéllos que tienen cargos de representación y quienes no los tienen. No todos sus miembros la representan ante el espacio público. Si todos representáramos a una institución nadie finalmente la representaría. Quienes son miembros y no representantes tienen un ámbito de autonomía personal mayor respecto de quienes detentan cargos de representación. Por lo tanto pueden (y en casos tipo Karadima moralmente deben) en temas que son de interés público, emitir opiniones personales y ejercer el pleno derecho a la Libertad de Expresión.

 

Si bien la ley protege cierto margen de opinión, distinto es el caso de una declaración que para algunos puede considerarse “inadecuada”. En esas situaciones el Derecho no reacciona, porque está dentro del umbral de lo permitido. Con este tipo de declaraciones “no pasa nada” (desde la perspectiva de la sociedad civil) ni para quien la escribe ni para quien la lee. No habría que temer; cada uno de nosotros puede opinar sobre un caso que involucra a todos, lo que quiera y como quiera mientras esté dentro de los límites que establece la ley. Es la Libertad de Expresión quien asegura que No Pase Nada.

 

Si la declaración fue o no adecuada eso le corresponde juzgarlo a la ciudadanía. Las medidas de presión, la censura, el temor a hablar de obispos y sacerdotes, el control y presión de la jerarquía y el excesivo cuidado de la institución no permiten que en la Iglesia exista una verdadera Libertad de Expresión. Nuestra Iglesia es probablemente la institución menos democrática de la sociedad, precisamente por hacer normales este tipo de prácticas, que desde la perspectiva de una sociedad democrática resultan inaceptables. Las presiones y las aclaraciones de si una declaración es o no adecuada en una democracia liberal, no son ni buenas ni malas, simplemente son innecesarias.

 

Esteban Gumucio expresó en su poema “La Iglesia que yo amo” el anhelo de construir una Iglesia ciudadana. ¿Qué significa realmente esto? Probablemente Esteban quería decir una Iglesia más democrática, más dialogante y respetuosa de las diferencias. El espacio público se configura a partir de la diferencia y no de la homogeneidad. La diversidad de opiniones y de énfasis son necesarios para el debate público. La Iglesia puede participar en él siempre y cuando acepte sus reglas y limites. En la diferencia hay valor y no amenaza. Finalmente todos podemos construir una Iglesia ciudadana en la medida que dialoguemos libremente y sin temores, no permitiendo que en nuestros sencillos espacios comunitarios se restrinja con prohibiciones y cautelas la Libertad de Expresión. Porque de ese modo no sólo lesionamos los intereses de la propia Iglesia sino los intereses de toda la comunidad política en su conjunto.

Readers Comments (22)

  1. El problema de los comentarios del Padre Percival Cowley no fue lo que dijo, sino donde lo dijo y sobretodo en que momento lo dijo.
    No es muy cristiano golpear en el suelo a la persona herida.
    Otros medios y circunstancias, evidentemente con un tono más constructivo y que denoten menos rencor, esas palabras hubiesen sido un aporte a la Iglesia.

  2. El problema es que aquí no hay "persona herida" hay un abusador que provocó heridas en el alma de personas y éstas no sanarán fácilmente.Los comentarios del Padre Percival Cowley solo nos permiten seguir creyendo que en la Iglesia si existen verdaderos hombre de Dios que saben decir la Verdad

  3. Es un tema complicado, pues creo que el hecho de ser sacerdote ya te da cierto rango de "representatividad" ante el público -independiente de que formalmente existan representantes encargados específicamente de comunicar los "postulados oficiales"-. Sin embargo, estoy de acuerdo contigo en que este tipo de situaciones hacen preguntarse por qué tantas salvaguardias. Claramente hay una tarea pendiente: cómo poder responder más adecuadamente a las lógicas a las que hoy nos debemos formando parte de una sociedad que existe en un tiempo y lugar determinado, y que por tanto requiere de dinámicas también que dialoguen con esos tiempos y lugares.

    Cristóbal sj

  4. Claramente, la Iglesia debe reconocer los errores que ha cometido en cuanto a la Libertad de Expresión. Recordando los principios fundamentales de la figura de Jesucristo, se hace imprescindible poner en cuestión estos atropellos a la Libertad de Expresión, puesto que fue Cristo el primero en denunciar los abusos de autoridad, las injusticias, y por sobretodo, luchar por quienes no eran escuchados. Es una triste paradoja que la Iglesia Católica, heredera de La Biblia y del Dios Encarnado, haga oídos sordos y juzgue a quienes no tienen miedo de expresarse.

    Por otra parte, si bien, se comprende que la Iglesia como Institución quiera protegerse de las acusaciones para mantenerse como una organización creíble, pero a estas alturas de la vida y del desarrollo de medios los de comunicación, no se puede cubrir el sol con un dedo.

    También debemos estribar en el hecho de que quienes componen la Iglesia son seres humanos iguales a cualquiera de nosotros, por lo que al igual que cualquier ciudadano 'sin sotana' tienen derecho a equivocarse, derecho que también debería estar reflejado en deberes civiles, como una instancia de procesamiento y juicio ordinario.

    Me parece excelente la mención a Esteban Gumucio y la metáfora de la Iglesia ciudadana; a mi entender, estaría reflejada además de la pluralidad de opiniones, visiones y personas, también se trataría de un 'organismo vivo', dinámico, que crece, a veces decae, pasa por crisis de distinta índole, ero que ante todo, se desarrolla y requiere de todos para existir.

  5. Me encantó el testimonio de Percyval muchos de nosotros lo apoyamos.

    Hace falta lejos donde nos sintamos iguales ya basta de tanto endiosamiento clerical. Estoy molesta con el actuar de la jerarquía eclesial creo que lo han hecho pésimo no tomando en cuenta el dolor de las víctimas y encubriendo a los sacerdotes abusadores más el circulo de laicos que le rodea. Necesitamos transparencia en todo sentido. Que nos escuchen como pueblo de Dios los laicos tenemos que tener mayor protagonismo si queremos hacer realidad el Evangelio en este mundo.

  6. Enrique Moreno Laval sscc 3 abril, 2011 @ 18:50

    Aclaración previa: Nicolás escribe sobre el trasfondo de un comunicado público del provincial SSCC, Sergio Pérez de Arce (aunque no lo explicite), acerca de declaraciones a la prensa de Percival Cowley sscc sobre el caso Karadima. Ante esto opino:
    (1) Siempre será discutible la oportunidad de hacer público un comunicado como el del provincial, pero respeto las razones que pueda haber tenido la autoridad religiosa SSCC para haberlo hecho, en función de su responsabilidad.
    (2) Un religioso, por más que hable a título personal, no puede desprenderse, de una condición insoslayable: su consagración religiosa lo hace, de alguna manera y en algún grado, solidario con su comunidad; de tal modo que cada vez que hable o actúe pública o privadamente, implicará necesariamente al conjunto de su Congregación.
    (3) Una atenta y completa lectura del comunicado del provincial (subrayo, lectura completa), refleja: [a] un respaldo absoluto a la libertad de expresión de Percival para referirse al caso Karadima, para denunciar los manejos equivocados respecto del caso, para señalar culpables o responsables, para solidarizar con las víctimas; [b] un llamado de atención sobre ciertas formas de expresar dichas críticas, las que son calificadas como “inadecuadas”: estarían dañando innecesariamente a instituciones o personas. El comunicado del provincial, entonces, no estaría coartando la libertad de expresión (no es un cuestionamiento al fondo de las declaraciones aludidas), sino acotando la manera de ejercerla a fin de que se ajuste a cánones éticos; y lo hace en virtud de la responsabilidad corporativa del mismo provincial.
    (4) Lamentablemente, el ciudadano común no ha tenido acceso ni a la totalidad de las declaraciones de Percival Cowley ni a una lectura completa del comunicado del provincial. La desinformación sobre ambas cosas lleva inevitablemente a formarse juicios equivocados respecto de lo que se dijo o se quiso decir.
    (5) Más allá de todo esto, y antes de ello, es innegable que nuestra Iglesia ha ejercido históricamente una indebida coacción respecto de la libertad de expresión, tanto al interior como al exterior de la institución. Baste recordar actitudes reiteradas en contra de obispos, sacerdotes, teólogos, laicos, que se han sentido dañados en este derecho cuando han expresado libremente su opinión sobre diversos temas. Son de lamentar las muchas veces en que, de parte de la autoridad eclesial, ha prevalecido la lógica del control, de la sospecha, de la amenaza, a costa de la veracidad y de la sinceridad.

  7. Tomás Larroucau 4 abril, 2011 @ 03:44

    Me parece loable la valentía de Percival para denunciar lo que considera grave en nuestra iglesia. Me gustaría que nuestra congregación aprendiera más de esa valentía y que se pronunciara con más fuerza frente a la crisis actual de la Iglesia.
    Es realmente indignante que nadie se haya pronunciado públicamente frente a las declaraciones del cardenal Medina ("…Un joven de 17 años sabe lo que hace"), creo que eso amerita con más urgencia un comunicado público.

    En innumerables ocasiones hemos conversado lo que soñamos para la iglesia y hacia donde queremos caminar, pero creo que esas opiniones las guardamos para nosotros y que nuestra crítica pública es tímida y ambigua (en su mayoría), sin cuestionar seriamente a la jerarquía.

  8. Creo que el problema no es del ciudadano común que no recibe toda la información. El problema es de quienes la comunican. La Iglesia habla de forma ambigua y tibia.

    Cito la columna de Costadoat hoy en el Mostrador:

    "La Iglesia tiene una deuda con los medios. Ella debe reconocer el rol decisivo de periodistas, críticos y creadores de opinión en el caso de los abusos del P. Karadima. La Iglesia probablemente no lo habría sancionado si los medios de comunicación no hubieran hecho su trabajo. El asunto habría sido atascado para que no llegara al Vaticano. Casi se lo logra (…)

    Una Iglesia de adultos tendrá que entrar de lleno en el ruedo de la crítica y de la argumentación que los medios ofrecen para la elaboración pluralista de la verdad."

    ¿Seremos los católicos capaces de volver a la discusión pública con alguna autoridad? …

    Pablo A.

  9. René Cabezón Yáñez ss.cc. 4 abril, 2011 @ 15:43

    Estimados amigos laicos y hermanos de congregación. Pienso que es el momento que organicemos muchas respuestas y debates sobre lo que nos está pasando como Iglesia frente a "los abusos sexuales” y otros abusos como clericalismo que no deja crecer a los laicos en sus responsabilidades dentro de la Iglesia, por lo tanto, no centremos la atención en lo que dijo un cura u otro; menos perder el foco de las víctimas. También creo necesario que pasado el momento y realizadas todas los mea culpas y perdones reales de todos los implicados, y castigados todos los culpables y encubridores, debemos apuntar a todos los abusos en nuestra sociedad como son los abuso de los Medios de Comunicación Social que manipular, censuran todo en vista de una línea editorial y querer de sus dueños, los abusos del sistema económico, etc. En ese sentido me interpretó plenamente Tomás Mosciatti, la vez que aludió al tema. Esto no con afán de bajarle el perfil sino para ponerlo en un contexto más amplio.
    Por último, respecto de las diversas declaraciones del P. Percival (que fueron varias TVN, CCN Chile, Radio Cooperativa, Radio Zero,….y diarios), y las precisión del P. Provincial; en esta declaración no veo ninguna "quitada de piso a Percival", como dijo ayer el panelista Matías del Río en Tolerancia Cero, todo lo contario, veo un llamado a realizar un debate serio y urgente en la iglesia, a criticar nuestros errores como institución (en sus diversos procedimientos), pero junto con ello, hay un llamado a realizar críticas que den luces y aclaren, que se solidaricen con las víctimas e interpelen a todos los actores a cambiar lo que no está bien a la luz del Evangelio de Jesús, y no a perdernos en aspectos segundarios o personales, como sucede cuando uno da largas entrevistas donde el periodista lo lleva a los temas que puedan causar polémica y generar más rating o ventas, como sucedió en este caso – a mi parecer- en la necesaria opinión de Percival, que interpretó a muchos y a mí también, pero que al ser tantas las entrevistas y tan diversos los temas abordados, creo que eso hizo perder el foco de la denuncia esencial de Percival. Creo que ese es el punto que aludió el provincial sabiendo que esta aclaración no ganaría aplausos sino todo lo contrario. Pero la invitación quedó lanzada para todos laicos ss.cc. que leen y participan de este blog, y de los religiosos ss.cc., a no cerrar el tema y el debate de fondo en la línea de genera en la iglesia laicos opinante y comprometido; y religiosos activos y urgidos por el Reino (el próximo jueves 07 de abril de 9.30- 12.30 hrs en CONFERRE,- calle Santa Mónica 2243- el Dpto. de Justicia y Paz convoca a una asamblea para conversar el tema, también es un espacio abierto para los laicos). A Percival le doy las gracias por su gran aporte en este debate que se inició, y hay mucho que hacer por nuestra querida “iglesia convaleciente” como nos dijo el P. Esteban Gumucio, en el poema de La Iglesia que yo amo.

  10. Gracias Nico por invitarnos a reflexionar y debatir sobre la libertad de expresión en la Iglesia, ya que sin ella el organismo queda mudo y sometido a un pensamiento único que se protege a sí mismo, normalmente amparado en el miedo y en la represión. Lo único inaceptable es que no se permita expresar la crítica y buscar la verdad que repara y dignifica al ser humano.

    También agradezco a Percival por su participación en el espacio público, planteando su experiencia y su visión de las cosas, devolviendo la confianza a muchos que miran desde lejos. Es indispensable la crítica interna y asumir el conflicto, de otra manera nunca se harán efectivas las responsabilidades.

    En todo este caso lo que ha quedado más dañado es la imagen de la jerarquía de la iglesia (pero como muchos la identifican con la Iglesia misma, entonces el daño es global). Pienso que es una oportunidad para replantearnos cómo debemos funcionar al interior de este cuerpo vivo como lo llamaba Natacha. Creo que debemos aprovechar el camino recorrido por la sociedad civil, que ha incorporado en su organización, la democracia, la división de poderes y la transparencia. Todo ello con una gran participación y compromiso laical. El evangelio de Jesús así como no se compromete con ningún sistema económico en particular, tampoco lo hace con un sistema político determinadoo y la Iglesia desde Constantino ha abrasado la monarquía, quizás ya es tiempo de cambiar.

    Matías Valenzuela sscc

  11. Christian Viera 4 abril, 2011 @ 20:29

    Nicolás.
    Interesante tu escrito, como también interesantes son los comentarios al mismo. A propósito de esto, me animo a hacer un par de comentarios.
    1. Las actitudes de ciertos representantes del Magisterio oficial han sido, al menos, negligentes. En ese sentido, lo obrado por Errázuriz el lejano 2004 da muestra de ello. El, asumiendo hoy su error, se transforma en juez y parte, no siendo ni lo uno ni lo otro. Lo que debió ser resuelto en sede jurisdiccional canónica, deviene en un arreglo "a lo amigo". Dos problemas al respecto: la estructura monárquica del ejercicio del poder (todo el poder, incluido el jurisdiccional); inexistencia del control de actos de la autoridad monárquica. Esto en el mundo ya fue resuelto hace 250 años.
    2. En cuanto a lo que dice Enrique Moreno, de acuerdo, la persona no resulta indiferente a su contexto. Así como el religioso puede ser un representante de su comunidad, aun cuando declare a título personal, lo mismo ocurre con un profesor de colegio, de Universidad, trabajador de una empresa; cargan todos con la representación simbólica de la entidad a la que sirven. Por lo mismo, no es distinta la situación de Percival de la de tantos ciudadanos y ciudadanas que sirven a entidades. Con todo, no supone ningún problema discrepar de esa institucionalidad, y así ocurre en muchos espacios vitales, en que la discrepancia es evidente y "no pasa nada". ¿Por qué ese temor eclesial a que las diferencias se puedan hacer públicas?
    3. Por lo mismo, percibo en los comentarios de Cristóbal y Enrique una orientación sistémica con clausura operativa. Sin embargo, es necesario señalar que toda institución, para ser comprendida por la comunidad debe responder a un código secular. El desprestigio eclesial se debe al divorcio entre el lenguaje magisterial y el secular. Pase para ayer, sin embargo, hoy es insostenible.
    4. En cuanto a las declaraciones del Provincial, sumamente respetables. Concuerdo con Enrique en que hay un deseo de asumir responsabilidades y aprender de prácticas impropias. Además, en un marco democrático, su opinión es tan legítima como la de cualquiera, a menos que con su opinión personal pretenda asumir una representación institucional. Y en eso puede equivocarse, a riesgo de perder legitimación, porque efectivamente ¿"es inadecuada" la opinión de Percival? ¿Inadecuada para quién? ¿Para el Provincial, para los hermanos de la Congregación, para el Obispado de Santiago? La declaración estaba bien; pone el foco donde todos esperamos que lo ponga, no obstante, "inadecuadamente" califica las declaraciones de Percival. ¿Por qué? Porque Percival utilizó dos calificativos para describir la conducta de monseñor Errázuriz (desidia e indolencia). Sin embargo, también se puede calificar el calificativo que califica como del todo "inadecuado" y tampoco pasa nada.
    5. Si algo debe aprender la Iglesia (oficial) de estos sucesos es que se debe existir, ahora, una verdadera apertura cognitiva a los signos de los tiempos; democratizar sus instituciones, favorecer un legítimo pluralismo, dialogar sinceramente con el mundo y no defender sus paradigmas con códigos puramente autoritarios y, por supuesto, no temer a la discrepancia, sea interna o externa.

    Felicidades Nicolás y mi solidaridad a Percival. Christian Viera.

  12. Estimado René Cabezón es interesante lo que planteas pero te das cuenta que todo sigue siendo a modo centralista me explico la invitación corre para quienes residen en Santiago lo que es bueno por un lado saber que se está trabajando para sentarnos en la mesa y conversar lo que nos atañe como IGLESIA sin embargo echo de menos que la Comunidad SSCC contextualice el tema en regiones.
    Saludos, Carol.

  13. Patricia Ortega 5 abril, 2011 @ 14:37

    Lei la declaracion de Percival y me alegró que curas de la congregacion que admiro mucho y por la que me hice Cristiana Catolica, se atreviera a apoyar a las victimas, luego me decepciono la reprimenda que la Jefatura SSCC le hizo.

    Para mi y muchos de los que me rodean se debe dejar de proteger los malos pastores,la basura hay que sacarla toda, sea quien sea, y lo que sea, aun cuando queden muy pocos.

    Solo asi y con verdad y consecuencia lograremos recuperar la credibilidad bastante mermada en estos tiempos.

  14. Nico me gusto mucho tu reflexión. Me parece muy interesante el tema hasta donde llega realmente la libertad de expresión en todos los aspectos de la sociedad. Personalmente creo que esta nunca ha existido, concluyo que el problema esta en que siempre estamos representando a instituciones, ideologías o creencias protegiendo los intereses de estas y se pierde una parte esencial del ser humano la identidad y opinión propia. Siempre estamos preocupados de que van a decir o como seremos jugados o simplemente que acciones o represalias tomaran, por expresar algo que creemos que es importante.

    Recuerdo ejemplos similares en universidades donde se intervenían las opiniones personales de profesores y docentes. También vi muchas situaciones similares en entidades de las fuerzas armadas donde los oficiales no aceptan nada de parte de sus subordinados aunque ellos tengan completamente la razón. Este no deja de ser un tema delicado, recordemos lo ocurrido en febrero del 2010 donde ONEMI no quiso difundir un estado de alerta por el caos social que este podía generar hasta no tener pruebas. Lamentablemente las pruebas consistían en la vida de centenares de personas.

    Esta manipulación de la opinión personal siempre ha existido y a todos los niveles. El mundo en estos momentos mas que grandes instituciones necesita grandes personas. Y para esto tenemos que recobrar nuestra identidad propia y expresarnos de lo mas adentro de nuestro CORAZÓN y de nuestro SER, donde no existe cavidad para la mentira y para los intereses materiales propios. Donde lo único que se quiere es expresar las mejores intenciones de construir con todo el AMOR UNIVERSAL mediante el uso del VERBO.
    En este caso, obviamente esperamos que las entidades de la justicia hagan lo que les corresponde de la mejor manera como debe ser siempre. Para poder construir una sociedad mas justa basada en el amor, la paz y la acción consiente del hombre. Para no comportarnos como un animal domesticado en masa.

    Creo que es tiempo de que realmente exista La libertad de expresión, y mas que hasta donde la ley lo permite ya que la experiencia nos dice que el limite de esta NO existe. Es la ley natural de la conciencia de expresarnos siempre con todo el amor del mundo para contribuir a una sociedad mejor. Palabras que no contribuyen o que no aportan mejor no decirlas.

    Espero que día a día exista mucha mas gente que pertenezca a grandes instituciones con toda la experiencia e historia que ellas tienen y que actúen de lo mas adentro de su SER aceptando y entendiendo el pasar de los tiempos, y la evolución de la conciencia del hombre universal, del cual TODOS somos parte.

    La iglesia claramente arrastra los mismos problemas de la sociedad, y me parece notable que gente que pertenece a ella dedicándose tanto al trabajo social como espiritual se expresen con toda franqueza, si no lo hacen ellos de donde nacerá la expansión del amor y la conciencia a niveles institucionales. Todas ellas están detrás del poder y del dinero, mientras este sea el motor de nuestras acciones difícilmente hay cavidad para el AMOR y la VERDAD.

    Fuerza para todos los hermanos que trabajan por la causas divinas y no por causas de instituciones viciadas y vacías de toda energía divina. Ya que ellos siempre serán juzgados por las estructuras institucionales como ocurrió con el mismo JESUCRISTO.

    Por la libre expresión de nuestro SER interno, por una iglesia reformada, para el triunfo del amor, la vida y la conciencia que reinen siempre en este mundo.

    Un abrazo grande a toda la comunidad y muchas gracias por este interesante debate.

    Saludos, Tuco

  15. Percival Cowley V. 7 abril, 2011 @ 13:48

    Para Enrique: Finalmente, habría que caer en lo mismo…Seguir haciendo "declaraciones" con pinzas…para que todo siga igual y nadie se moleste con la verdad que, en ocasiones, es dura de escuchar. Primero, yo no he hecho "declaraciones", sólo he dado entrevistas. Las "Declaraciones" las hacen los personajes. No pretendo serlo. Me he preguntado, de verdad, ¿Qué habría hecho Cristo en mi lugar? Y he recogido la palabra de Santo Tomás de Aquino cuando dice que "En el orden del actuar moral, la última norma es la propia conciencia y no la ley". Me da la impresión de que para Enrique corre más una cierta "ética corporativa", que termina por tratar de cerrar la boca al que discrepa. Se trata, segín dice, que la libertad de expresión debería ajustarse a determinados "cánones éticos", al parecer impuestos y a los que habría que obedecer incluso contra la propia conciencia, reflexionada responsablemente delante de Dios. Percival

  16. Estimados:

    Escribí dos preguntas a propósito de lo que han debatido. No tengo mucha claridad del tema, pero me parece adecuado seguir alentando el debate.

    Debo señalar que no he leído ni escuchado lo que dijo el padre Percival Cowley. Tampoco leí con detención la declaración del provincial Sergio Pérez de Arce. Aun así, quería aportar dos pequeños comentarios que conducen a mis dos preguntas.

    – Me cuesta entender el llamado a la razón comunitaria ('la solidaridad con la comunidad'), para restringir una opinión en el debate ciudadano, donde es precisamente la capacidad de crítica, a pesar de los intereses privados o corporativos, lo que se valora. En este sentido, desde una perspectiva ciudadana, Nicolás tiene toda la razón. Pero él, Nicolás, pareciera hablar más desde una teoría democrática moderna liberal, que desde una razón de iglesia. Mi pregunta en este sentido es: ¿Hay una visión o razón de iglesia democrática, que contenga elementos liberales? (¿O eso es mezclar peras con manzanas?, o sí se prefiere, ¿pedirles peras al olmo?).

    – Lo segundo es más complicado. Comparto lo de Costodadt (citado anteriormente), sobre el rol de los medios. El señor sacerdote podrá enojarse todo lo que quiera y tildar de 'manipuladores' a los medios, pero fueron ellos los que han hecho que esto tenga la relevancia que ha adquirido. Sin embargo, hay un aspecto en este debate, que aún no se ha profundizado. Me refiero al entorno de las víctimas y los victimarios. Específicamente, me parece que toda está discusión es muy de elites. Los abusadores, las víctimas, los abogados, los curas que alientan, los curas que critican (esto no tiene relación alguna con la horrorosidad de los hechos y la justica por venir). Dado esto, mi segunda pregunta es: ¿Qué posibilidades tienen las víctimas de sectores más pobres – que no cuentan con los mejores buffets de abogados – de defenderse frente a sacerdotes o monjas abusadores(as)? ¿Qué canales tienen la iglesia – formales o informales – para ayudar a esas víctimas y acusar a los abusadores(as)?

    Saludos cordiales,

    Raimundo

  17. Los curas se enferman, sangran,necesitan comer, etc. ¡¡¡SON ABSOLUTAMENTE HUMANOS!!! Y como tales, pecadores como caulquiera de nosotros. El problema no es tanto que se les endiose como q ellos mismos permitan/propicien/busquen ser endiosados y de ahí al abuso de poder en cualquier forma el camino es fácil. Esta larga discusión de si alguien debió o no emitir su opinión me parece más d políticos preocupados de su imagen (o de la imagen d partido) q de religiosos ocupados en DIOS.
    Los laicos hemos permitido demasiadas situaciones al clero. Quizás la costumbre d llamarles "padres" nos lleva inconscientemente a la figura paterna d autoridad como peqeños infantes (mejor decirles hermanos o llamarles x su nomvbre). Creo q la humanidad está ya en su adolescencia respecto a la fe y llegó el momento d no tener miedo y señalar con el dedo a todo victimario porque daña a sus víctimas y a todo el cuerpo de Cristo q es la iglesia.
    A propósito; Señor ERRÁzurriz: si Pablo efectivemente no se juzgaba a sí mismo, pues Pablo ERRO igual q usted. Quien no se juzga, no logra reconocer el problema y por tanto no tiene la oportunidad de corregirse ni de corregir.

  18. José Torrealba 19 abril, 2011 @ 04:55

    En la diversidad está la riqueza del ser humano! Gracias por este mensaje Nico! Bendiciones hermano.

  19. Más allá de lo que pueda pensar personalmente acerca de los dichos de Hamilton, Percival, Sergio o la opinión de Nicolás, me parece que hay algo fundamental que rescatar: aquí (en este blog de debate) sí se está ejerciendo el derecho a la Libertad de Expresión, otorgando a la Iglesia algo, aunque sea un poco, de DEMOCRACIA. Este blog representa, a mi parecer, la constante intención de la Congregación de poner la atención y las fuerzas en el mensaje más puro y directo de Jesús. ¡Cómo se agradece que exista un espacio como este! Me siento feliz de participar y tener amigos en esta Congregación, porque soy un convencido de que aquí sí se quieren abrir las ventanas de esta Iglesia dolida y dañada (como no creo que ocurra en las altas esferas jerárquicas ni en otras comunidades o congregaciones, pese a que siempre hay excepciones). Ahora bien, este pequeño regocijo trae aparejado un sentimiento de desesperanza. ¿Por qué aquí sí y tan poco afuera? ¿Por qué mis amigos – en su mayoria ateos acérrimos – no saben que este tipo de debates sí se realiza dentro de la Iglesia? ¿Por qué el ciudadano promedio no daría crédito al escuchar que efectivamente la Iglesia – o al menos una parte de ella – se cuestiona, discute, se interpela, propone? ¿Por qué, en definitiva, si estamos tan convencidos de que el mensaje de Jesús tiene más que ver con esto que con protocolos absurdos y palabras carentes de sentido no hemos gritado nuestro parecer?
    Con toda la amistad, el respeto y el cariño que le tengo a la Congregación, me he sentido un poco desilusionado de ella. Es necesario, imperantemente necesario, que tanto los hermanos sscc como los laicos nos hagamos escuchar. Directamente: no puedo entender (y juro que lo he intentado) que se cuestione, aunque sea muy superficialmente, a Percival por manifestar su parecer en televisión. Si ese no es el modo, entonces no se me ocurre cuál podría ser. El laicado (y aquellos que están fuera de la iglesia también) aplaudió de pie que hubiera una manifestación de parte de un sacerdote. ¡Eso es lo que está esperando todo Chile! Que los sacerdotes den muestras de que a ellos también les duele, que ellos también critican, que ellos NO están de acuerdo con todas las decisiones del arzobispo, del obispo, del provincial, etc.

    Me gustaría exhortar(nos) a que nos dejemos de tener tanto cuidado. Chile y el mundo necesitan una iglesia que se arriesgue, en sus acciones y en sus palabras.
    Este blog (entiéndase como este gran debate) debería estar pintado en los trenes del metro. Debería flamear en la plaza Italia. Debería recorrer nuestro país de Arica a Punta Arenas. Chile ya no soporta a esta Iglesia cuidadosa, mesurada, excesivamente criteriosa. Nunca vino tan al caso, como en estos días, la pregunta que se hace Percival: ¿QUÉ HARIA CRISTO EN MI LUGAR?
    Sabemos que no es una respuesta sencilla, pero podemos estar seguros de que no sería ni cuidadoso, ni mesurado, ni excesivamente criterioso. Mucho menos encubridor de abusadores. La pregunta que cabe hacerse, en estos días de Semana Santa, es si, como Judas, entregamos a Cristo a la jerarquía, o si por el contrario, lo seguimos como Maestro, como amigo, como hombre indignado ante la injusticia, y nos jugamos porque este tipo de debates no se quede aquí, en este espacio reducido, sino que salga a la luz. Y esa tarea es de todos.

  20. Percibal usted tiene muy claro que por sobre si una opinión es adecuada o inadecuada está la verdad. Y lo que usted ha declarado en sus opiniones ha sido la verdad acerca de los abusadores y sus cómplices en la Iglesia.
    Siempre la verdad va a dañar en la forma a algunas personas o instituciones porque es sanadora y cuando hay heridas tan profundas como lo abusos, al ir sanando duelen y uno de los remedios infalibles es la verdad.
    Los abusadores en la Iglesia dañan peor los derechos humanos que los dictadores porque su discurso es el Evangelio por eso, la necesidad de que la verdad, la justicia y luego y el arrepentimiento acoja a todos los que participan en este pecado es urgente para su salvación final.
    En semana santa rezo para no caer en distanciamiento hacia la iglesia que algún día me acogió y que hoy siento lejana por no tener opiniones tan claras y llenas de Espíritu Santo como las de Percibal.
    Creo humildemente que el problema tan profundo de abusos en la Iglesia, debiera venir acompañado de debates en temas como el celibato y la homosexualidad en los religiosos de la Iglesia Católica.
    Un abrazo,
    Edgardo Cabezas M.

  21. ME SOLIDARIZO CON PERCIVAL Y LE AGRADEZCO QUE FUERA LA VOZ DE TANTOS LAICOS, CURAS, MONJAS, RELIGIOS@ QUE OPINAN LO MISMO. GRACIAS!
    Y LA VERDAD QUE CUANDO LEÍ EL COMUNICADO DEL PROVINCIAL EN LA PÁGINA, ME DESILUSIONÉ UN POCO.
    CREO, HUMILDEMENTE QUE NO ERA NECESARIA Y QUE FUE INOPORTUNA.
    TENGO VARIOS AMIG@S SS.CC CURAS, MONJAS Y RELIGIOSAS Y SÉ QUE LUCHAN DIGNAMENTE POR SEGUIR EL EVANGELIO. Y TAMBIEN SIENTO MUCHA PERTENENCIA CON LA CONGREGACIÓN, ME PARECE QUE TIENEN UNA MANERA DE CONTEMPLAR, VIVIR Y ANUNCIAR, PRIORIZANDO LA MISERICORDIA Y NO EL SACRIFICIO.
    OJALÁ MUCHOS MÁS FUÉRAMOS LOS QUE NOS EXPRESARÁMOS TAN JUGADAMENTE COMO LO HIZO PERCIVAL!!!!!
    LOS LAICOS NOS SENTIMOS FELICES CUANDO SUPIMOS LO QUE DIJO!! UNA LUZ EN MEDIO DE UNA IGLESIA QUE CAMINA EN PENUMBRAS… Y COMO ESTEBAN, RONALDO Y DAMIÁN (ENTRE OTROS TESTIGOS SS.CC)YA LO HICIERON Y SE EXPRESARON.
    ANA (MERLO- MORENO, ARGENTINA)

  22. http://alvalpaper.wordpress.com/

    Una opinión clara y franca sobre la Iglesia, el Papa y su empresa…

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