UNA IGLESIA EN CRISIS

Por Alex Vigueras ss.cc.

«A Juan Carlos Cruz, a James Hamilton, a José Andrés Murillo: gracias, gracias, gracias. Infinitas gracias por no haber desistido. 

A los laicos de Osorno: gracias, gracias, gracias. Porque todas las penurias valieron la pena. Qué sencillos y qué dignos se veían entrando de nuevo en la catedral de Osorno. Cuánto frío habrán sentido esas paredes en estos años, cuánta la soledad de esas columnas en este largo invierno. Cuán sangrantes las heridas del Crucificado. Pero ustedes han sido esperanza, semillas de esa Iglesia que ya está naciendo».

El primer paso para salir de una crisis es reconocer la crisis y enfrentarla. Eso que parece tan obvio ha sido lo más difícil en la crisis actual de la Iglesia chilena, de modo particular lo ha sido para los obispos chilenos.

Escudados en que todo lo que se dice contra la Iglesia es una campaña contra movida por masones, izquierdistas y editores de prensa, los obispos no han tocado fondo. Es por eso que el perdón que se lee no pareciera corresponder a la verdad de lo que se siente. Es muy distinto al arrepentimiento que ha mostrado el Papa y a su pedido de perdón sincero. Las declaraciones que han hecho algunos obispos en sus diócesis, luego de su arribo a Chile, siguen en la línea de ese extraño arte de hablar sin decir nada.

Quisiera ahondar en algunos de los problemas que visualizo. Tomaré como punto de referencia la reciente visita del Papa, pues creo que, a través de ella se evidenciaron algunos de esos problemas.

1. Miedo al conflicto y al disenso

La visita del Papa a Chile estuvo marcada por la censura. No se dejó hablar a la gente para que expresara su visión del país y de la iglesia. En general, los interlocutores fueron los propios obispos. En Maipú habló un joven en términos políticamente correctos (para dejar a todos contentos). Y en la cárcel habló Nelly y Janeth, porque ahí la comisión no pudo intervenir. Incluso Janeth escondió el discurso que finalmente leyó (le hizo algunas modificaciones a la versión enviada a Roma). Esto lo contó la propia Nelly en la asamblea de superiores mayores de CONFERRE. La gran excusa fue la falta de tiempo para organizar la visita, pero eso suena más a excusa que a causa real.

En la visita de Juan Pablo II, en plena dictadura, los obispos ayudaron para que apareciera la verdad. Con Francisco y en plena democracia, la comisión de la visita impidió que apareciera la verdad.

Creo que esto refleja una actitud bastante extendida entre los obispos: el miedo al disenso y la crítica. Se ve el disenso como una falta a la comunión y no como un factor relevante para una comunión en la diversidad. Una comunión que más que entenderla con llevarnos bien, estar en armonía, hay que verla como cum-munus, es decir, poner en común el don recibido.

Se espera que los conflictos se manejen en privado, que no aparezcan. Peor todavía, se espera que los conflictos se resuelvan solos. Cuando ocurrió lo de Barros quedó la impresión que se esperaba simplemente que pasara el tiempo para que todo se solucionara. Cuando se supo que el Papa vendría, teniendo conciencia que la situación de Osorno podría ser un problema, la gestión que se hizo fue pedirle al propio Barros que conversara con los laicos de Osorno. Conversó y le fue muy mal, pues los laicos le insistieron en que tenía que renunciar. Pareciera que el conflicto no se gestiona. Y si se hace algo tiene que ser en secreto, que nadie se dé cuenta. Se espera que la crítica se manifieste solo en privado.

Pareciera haber una falta de parresía (hablar con franqueza, hablar libremente) para expresarse, sobre todo cuando se piensa distinto. Algunas personas que han estado en asambleas plenarias de los obispos han quedado sorprendidos con la falta de opinión, la falta de discusión. Los obispos tienden a quedarse callados y son pocos lo que hablan y llevan la batuta. Obispos jóvenes que prometían, han ido entrando en el mismo formato. Pareciera que hay temas que no se tocan, temas sobre los cuales no se puede discutir. Al parecer, con la ilusión de que, al no hablar de ellos, probablemente desaparecerán.

En la misma línea del miedo al conflicto, da la impresión que se mal entiende la colegialidad. Pareciera que lo que prima es que no puedo meterme a fondo en la vida de otro obispo. No puedo corregirlo, no puedo cuestionar sus criterios pastorales o su visión de Iglesia. Nadie entiende cómo no hubo alguien que le dijera a Barros que no apareciera tanto con el Papa. Eso lleva a que en el mismo país existan experiencias eclesiales tan dispares como pueden ser Aysén y Los Ángeles (o Villarrica o San Bernardo).

2. Decisiones autoritarias sin consultar a la gente

En la visita del Papa a la cárcel se había programado la asistencia de 100 agentes pastorales de la pastoral carcelaria de Chile. A última hora las bajaron. Se le preguntó a la comisión qué había pasado y dijeron que fue una orden de Roma. Preguntaron en Roma y dijeron que había sido una decisión de la comisión en Chile. Es muy molesto que no se enfrente la verdad y que no se consulte a la gente afectada antes de tomar decisiones.

La gente que trabaja en las parroquias populares se sintió ignorada en la visita del papa. No fueron consultados, no fueron integrados. Salvo el gesto de la visita a la tumba de Monseñor Enrique Alvear.

Se fueron tomando un montón de decisiones que a la vista de todos eran “errores no forzados”: lejanía de los lugares de encuentro con el Papa, necesidad de tener tiques, complicadas horas de llegada, las muchas cosas que no se podían llevar. Un hermano ss.cc. de Ecuador me contó que algunos delegados de la comisión chilena se entrevistaron con la comisión que había preparado la visita en Ecuador. Me dijo que no los escucharon, que les habían advertido de algunos criterios errados, pero la comisión no les hizo caso. Y se equivocaron.

3. Se mira y se siente desde la élite

Tengo la impresión de que esa “sicología de élite” de la que habló el Papa en su carta es muy real. En el caso de la visita del Papa se pensó todo desde ahí y, por ello se dejó fuera a la Iglesia de los pobres, o no se pensó en la gente de edad que quería participar de los eventos masivos.

Desde la sicología de élite se piensa que la verdad está solo de mi lado y eso lleva a no escuchar al otro, incluso, a no interesarse por el otro. Desde la sicología de élite es difícil criticar a los que ostentan el poder social, político y económico. No solo porque puedo perder beneficios, sino porque ese poder está en manos de mis amigos de infancia, mis tíos, mis familiares, mis vecinos.

Creo ver esto, también, en las actitudes de los obispos en las zonas del conflicto mapuche, pues da la impresión de que no comprenden el trasfondo del problema. Parece que tienen una mirada más cercana al empresariado que al pueblo mapuche. La reunión que se organizó con el Papa fue un saludo a la bandera: algunos representantes del pueblo mapuche junto a empresarios de la zona. Se juega al empate, un empate que paraliza. La pastoral mapuche está devastada y el pueblo mapuche cada vez más lejos de la Iglesia. Las quemas de iglesias católicas comenzaron cuando se dio la orden de desalojar el seminario San Fidel. Las mesas de diálogo no han incluido a los verdaderos representantes del pueblo mapuche (los alcaldes mapuche se automarginaron, y pareciera que eso a nadie le importó). El signo de la Machi Linconao arrinconada, sin poder entregar su carta al Papa fue un insulto al pueblo mapuche y a tantos que adherimos a su causa. Son signos que hablan más fuerte de lo que se cree, signos que no fueron leídos adecuadamente.

Queda la sensación de que la mayoría de los obispos pertenecen a la élite, sintonizan con esa élite, y miran las cosas desde ese lugar y comparten las mismas cegueras.

4. Una conferencia episcopal que parece no entender el mundo de hoy

Una y otra vez pareciera que lo más importante es la coherencia doctrinal y no el intento por comprender las nuevas realidades del mundo. Cuando se descalifica todo lo que viene de la comunidad LGBTI como “ideología de género”, se le da una tremenda bofetada a tanta gente que de verdad sufre y que en algunos casos llegan al suicidio, porque no se sienten incluidos. Queda la sensación de una distancia sideral con toda esa realidad, con todas esas personas. Cuando Daniela, protagonista de “Una mujer fantástica” le dice a Ezzati: “Ven a hablar conmigo, ¿te atreves?” Ezzati debería haber ido a verla y, seguramente, habría salido distinto de ese encuentro. Parece que no nos atrevemos a esos encuentros con mundos que no entendemos. ¿Nos dan miedo? ¿No nos interesan? ¿No están en esos mundos los predilectos que el Señor nos encargó de modo especial?

Lo mismo parece ocurrir con los medios de comunicación. Se le sigue viendo como los causantes de todos los males. De hecho, luego después de la visita se culpaba a los editores de prensa de la mala imagen que quedó del paso del Papa por Chile. No se ha entendido que el límite entre lo privado y lo público casi ha desaparecido. Se piden acciones solo privadas para conflictos públicos. Se quiere resolver solo en privado lo que ha sido debatido públicamente.

No se logra entender la manera como el hombre y la mujer de hoy viven la sexualidad. Y nos hemos quedado en que está prohibido el condón y los métodos anticonceptivos. Eso a la gente ya le causa bastante risa, y va haciendo que nuestra opinión en esos temas simplemente sea irrelevante.

No se entiende bien el proceso emancipatorio de la mujer y no se percibe la urgencia de un rol más protagónico AHORA, también en el nivel de las decisiones. Y ahí nos quedamos pegados con que el sacerdocio es solo para los hombres y no se percibe el tremendo dinamismo que podría significar el integrar a la mujer en el nivel ministerial de la Iglesia. Un par de veces ocurrió que religiosas de Conferre que habían sido invitadas a la asamblea plenaria, cuando se dirigían a comulgar en la misma fila que los obispos, fueron sacadas (por un obispo) de esa fila u obligadas a ponerse en el último lugar (detrás de los curas). Después de eso no quisieron ir más porque se sintieron humilladas. Y peor: ¿por qué nadie las defendió? ¿Por qué nadie discrepó con ese criterio? Se reaccionó como en tantas cosas: guardando silencio…

5. Una conferencia episcopal que no fomenta el verdadero protagonismo laical

Algunas personas que forman parte de los bailes religiosos me comentaban que le habían insistido a su obispo en la necesidad de formación para sus integrantes. Y este les habría dicho: “Con que sepan rezar el padrenuestro y el avemaría ya está bien”. La formación laical no está en primer lugar y se sigue fomentando una participación devocional. A lo más aceptamos y fomentamos la participación laical, pero no el protagonismo. Da la impresión de que nos asustamos con laicos bien formados, porque pueden amenazar el poder del cura. En el fondo no logramos superar un paradigma bastante clericalista, y esto es transversal en la Iglesia.

Nos asusta un laico maduro que sea capaz de discernir, porque el discernimiento los puede llevar por otros caminos, no tan ortodoxos. Pareciera que de lo que se trata en la vida del cristiano es, simplemente, aplicar los principios generales de la moral cristiana. Pero con esta actitud no se toma en cuenta la tremenda originalidad de cada persona y de cada contexto. La única manera de vivir esos principios generales, que la iglesia tiene bien claros, es a través del discernimiento personal (y también comunitario). Por eso hay gente que piensa que la Iglesia infantiliza, que los curas los tratamos como niños. Nos asusta la posibilidad de una opinión pública en la Iglesia (ya lo planteaba Rahner en el posconcilio).

Creo que un problema de fondo en nuestra conferencia episcopal es una confrontación entre la eclesiología de Karadima y la del Vaticano II (que es la que ha marcado el pontificado de Francisco). Esa contraposición ha sido paralizante. Hay que tomar en serio ese llamado insistente de Francisco a “ser pueblo”, “hacerse pueblo”. Hoy significa acercarse físicamente al pueblo (¿vivir con ellos?), escucharlos horas y horas y horas, mirar el país desde allí, con sus ojos.

Cuando participé en la II asamblea eclesial nacional -en junio del 2013- me gustó mucho eso de sentarnos en una mesa redonda laicos, sacerdotes, diáconos y obispos. Hombres y mujeres. Y pensé: así debería ser la iglesia. Así debería ser en todas sus instancias. Asegurando un espacio en el cual nos podamos encontrar como hermanos, como iguales. Un espacio en el que podamos opinar como iguales, corregirnos como iguales, apoyarnos como iguales. Hay que terminar con esas instancias solo de curas o solo de obispos (que son normalmente donde se toman las decisiones), donde los demás están excluidos. Eso nos aleja de la realidad. Nos hace pensar que es realidad lo que no es.

¿No es pensable que todo obispo pertenezca a una comunidad cristiana (una ccb)? En la que haya curas, laicos, gente ABC1 y gente sencilla. Comunidades plurales en las que se sientan uno más. Ahí podrá sacarse sus ropajes, ponerse pantuflas, reírse, echar la talla, comentar cómo está, llorar, patalear, consolar a otros, acompañar y dejarse acompañar. Allí podría vivir esa maravillosa experiencia de ser simplemente humano.

Todavía no hay un impulso decidido en la iglesia chilena a las comunidades cristianas de base (ccbs). Hay obispos y sacerdotes que les tienen miedo porque las perciben como una manera de ser iglesia excesivamente autónoma, que se escapa del ámbito de la parroquia y, por tanto del ámbito de su control. Aquí en Diego de Almagro hemos conocido personas ancianas que han vivido por más de treinta años en ccbs, y hemos constatado cómo eso las ha hecho crecer, madurar como cristianas; hemos visto cómo les ha ayudado a asumir un compromiso eclesial y, sobre todo, cómo les ha permitido seguir siendo Iglesia en los momentos de crisis parroquial. Como decía Rahner, la iglesia del futuro tendrá que ser la iglesia de las pequeñas comunidades.

6. Una mirada a 5 años y no a 50

Se percibe una conferencia episcopal muy centrada en los problemas inmediatos y desinteresada por los problemas de la iglesia del futuro. Tenemos que ocuparnos hoy de la iglesia del futuro. Y se sigue pensando que la salvación nos vendrá de una revitalizada pastoral vocacional, por la cual volveremos a ser muchos curas. Eso ya pasó. Hay que ponerse a pensar el sacerdocio femenino, en un sacerdocio sin celibato, en el laico que -gracias a un mandato temporal del obispo- tenga la facultad de celebrar la eucaristía. En teoría decimos que la Eucaristía es la fuente y cumbre de la iglesia, pero no estamos poniendo las bases reales para que ello sea posible en el futuro (ni ahora).

7. Una iglesia que no se ha puesto en el lugar de las víctimas

Tengo la impresión de que no hemos logrado ponernos del lado de las víctimas. Ellas son más bien molestas, incómodas. Preferiríamos no verlas. No escucharlas. Son muy pocas las víctimas que han quedado satisfechas con las resoluciones que la iglesia ha tomado con sus victimarios. La pena que se le dio a un sacerdote de rezar una vez al mes en un santuario por su víctima es ofensiva. No hay proporción entre las sanciones y el daño causado (el daño tal como lo vive la víctima y no solo el daño “objetivo”).

Hay que tomar conciencia de que el ponerse del lado de las víctimas tiene unas consecuencias enormes que hay que estar dispuestos a asumir: romper lazos de amistad, división en las comunidades religiosas, estar contra nuestros hermanos a la hora del juicio, etc. La tolerancia cero es un desafío nada fácil. Pero es el desafío que esta hora nos exige.

Ha sido escandaloso cómo las víctimas de Karadima han aparecido como enemigos de la Iglesia. Da la impresión de que esperamos de ellos palabras adecuadas, políticamente correctas, respetuosas y olvidamos que hablan desde el dolor, pues, muchas veces, los abusos han quebrado sus vidas; han provocado un daño irreparable. Como decía, la gravedad del abuso tendríamos que medirla más por el dolor causado que por la acción cometida. Ahí queda más claro que es imprescriptible.

Finalmente, retomo la visita del Papa. Es paradójico que habiendo censurado la visita con el fin de evitar que el Papa conociera la verdad de lo que vivimos, igual no más quedamos en evidencia. Gracias a esta visita con sabor a fracaso es que llegó Scicluna y el Papa se dio cuenta de que estaba equivocado, y quiso recibir a las víctimas de Karadima para pedirles perdón y consejo. Y ahora estamos con todos los obispos renunciados, como un terremoto que todo destruye, pero que nos da la posibilidad de comenzar de nuevo, como dice Aparecida: “A todos en la Iglesia se nos invita a recomenzar a partir de Cristo” (núm. 12). Así de fascinante es el Espíritu cuando arremete.

A Juan Carlos Cruz, a James Hamilton, a José Murillo: gracias, gracias, gracias. Infinitas gracias por no haber desistido.

A los laicos de Osorno: gracias, gracias, gracias. Porque todas las penurias valieron la pena. Qué sencillos y qué dignos se veían entrando de nuevo en la catedral de Osorno. Cuánto frío habrán sentido esas paredes en estos años, cuánta la soledad de esas columnas en este largo invierno. Cuán sangrantes las heridas del Crucificado. Pero ustedes han sido esperanza, semillas de esa Iglesia que ya está naciendo.

Mostrar autor

Alex VIgueras Cherres ss.cc.

Religioso de los Sagrados Corazones, Superior Provincial de esa Congregación en el período 2011-2017. Realizó estudios de postgrado en teología en la Universidad Jesuita de Belo Horizonte, Brasil, primero la licenciatura y luego el doctorado, titulándose en septiembre de 2010 como doctor en teología pastoral. Músico compositor, ha publicado 5 discos de su autoría.

Readers Comments (36)

  1. Javiera Albornoz 19 mayo, 2018 @ 10:34

    Gracias por estas palabras, gracias por la reflexión que me hace sentir acompañada en la manera en que me gustaría ver a mi iglesia.
    Aún tenemos esperanza, mientras tengamos personas y curas q se atrevan a levantar la voz

  2. antonio vargas 19 mayo, 2018 @ 10:41

    Complètement de acuerdo y debo releerlo con mas calma!muchas gracias Alex

  3. Luz Maria V. 19 mayo, 2018 @ 11:15

    Buenísimo !!!
    Completo, profundo, verdadero, esperanzador !!!

  4. Maria Alicia Osorio Valenzuela 19 mayo, 2018 @ 11:58

    Gracias a usted que nos permite informarnos y de a poco reintentar regresar a una verdadera MADRE IGLESIA.Comparto de principio a fin lo que escribe ,la verdad frente a todo lo que ha ocurrido será el verdadero PERDÓN algún día de las victimas

  5. Elizabeth Irene LaraBravo 19 mayo, 2018 @ 12:28

    Estoy con más FUERZAS para trabajar por esta IGLESIA por mi IGLESIA .
    Hoy le pido a la Santísima Trinidad que nos visite con ese CARIÑO INCONMESURABLE DE DIOS PADRE Y SE QUEDE PARA LEVANTAR NUESTRAS ESPERANZAS Y POR SOBRE TODO NUESTRA FE QUE NOS RECONCILIA.
    DIOS CON TODOS
    VAMOS A LEVANTARNOS.

  6. Gracias por tan profunda reflexión, en momentos quise llorar a mares, en momentos sólo sostener el silencio. El Señor sigue escribiendo recto con líneas torcidas y parece que sólo así podemos entender con estos corazones de piedra que hemos aprendido a moldear en esta sociedad patriarcal y de amos y peones. Espero que la jerarquía realmente sean pastores con olor a oveja, pero mientras seguimos en nuestras comunidades que se reunen en sus hogares, encendidos por el Espíritu Santo que habita en los sencillos, en los que se dejan transformar con ese amor que sólo Dios sabe dar.

  7. M. Paz Niño de Zepeda Gumucio 19 mayo, 2018 @ 14:16

    Gracias Alex por compartir esta reflexion … asi vamos construyendo una nueva Iglesia…una Iglesia de todos y para todos con el centro que es Jesus.
    Gracias

  8. Angélica Beltrán 19 mayo, 2018 @ 15:31

    Gracias!
    Comparto absolutamente cada palabra

    Gracias!

  9. matias carrasco 19 mayo, 2018 @ 16:15

    Te felicito Alex. Escuchar estas palabras y ver esta mirada es lo que nos sostiene a muchos dentro de la iglesia. un abrazo! Matías Carrasco.

  10. Carmen Celedón 19 mayo, 2018 @ 16:42

    Comparto su diagnóstico. Lamentablemente con el desplome de las instituciones solo queda la ciudadanía y su capacidad de organizarse. No hay más.

  11. Pablo de la Maza Escobar 19 mayo, 2018 @ 17:05

    Claro y directo. Adhiero este artículo en su totalidad, agradezco la objetividad y sintesis . Ojalá que esta experiencia no sea un saludo a la bandera y se llene de palabras y frases e buena crianza.
    Conversando con un amigo concordabamos que la citación a los obispos ellos la tratan de hacer pasar como una invitación casi a un paseo de curso, cuando la situación es de la máxima gravedad donde ellos son los protagonistas y si no fue por acción , fue por omisión o peor aún por encubrimiento.
    Tratar de hacer creer que ellos ´pusieron su cargo a disposición del Papa´primero es un insulto al Papa, a las víctimas y a la población entera, es también de una soberbia no menor.
    Como guinda de la torta ayer en la noche aparece un reportaje del canal 13 con la denuncia a un cura de Rancagua que acepta frente a cámaras las brutalidades que cometió (errores para él), aparece el obispo Goic diciendo primero que él no era detective para andar investigando, luego dijo que no le habían entregado denuncias ni pruebas, hoy después del reportaje, aparece pidiendo perdón, perdón , perdón y ´reiternado su llamado a denunciar´. reiterando? Que cinismo.
    Espero sinceramente que efectúen cambios de fondo, sino los fieles seguirán emigrando por no encontrar respuestas.
    Perdón lo extenso.

  12. Gracias Alex por resumir en forma clara y sencilla y lo piensas y q comparto completamente. Tenemos mucho trabajo por delante. Esto nos ha enseñado a todos. Pero sobretodo es admirable preseverancia y el amor a Cristo q nos han mostrado las victimas y los laicos de Osorno. Un gran ejemplo de fe y valentia

  13. Rodrigo Fuenzalida May 19 mayo, 2018 @ 18:56

    Alex, muchisimas gracias por tu coraje, lucidez y particular compasión cristiana. Eres una inspiración para los pastores que necesitamos. No hay un solo punto en el que no esté de acuerdo con lo que planteas. Que doloroso que pastores que me parecían competentes, se caigan tan feo, como Monseñor Goic con el pésimo manejo que hizo en Rancagua. Termino deseándote mucha fuerza para perseverar en tu apostolado; no somos pocos los fieles que apoyamos una Iglesia reinventada.

  14. Ojalá que las rutas que retome la Iglesia Católica sea fundada en hombres de Dios como Alex, Berrios, Mifsud, Aldunate, Puga y muchos otros que tengan esta misma intención de seguir los pasos de Cristo y servir al pueblo y no servirse de él.
    Que el amor de Dios asista a su pueblo que somos todos nosotros.
    Felicitaciones Alex y gracias

  15. Isidora Mena 19 mayo, 2018 @ 23:06

    Muchas gracias. Lúcido y clarito. Vamos que podremos!

  16. abraham Pastene Pereira 20 mayo, 2018 @ 02:29

    alex: el año 2003 el padre Jorge Orellana me envió a la asamblea que hace la iglesia de Santiago en punta de tralca para comenzar el año. considerando a todas las personas que participaron (si mal no recuerdo unas 300), solo eramos 3 jóvenes menores de 30 años (en ese momento yo tenia 22). ese año, Ricardo ezzati asumia como obispo auxiliar de Santiago. creo que también andres Arteaga, a quien conoci en esa ocasión. por coincidencias, me toco sentarme a almorzar en la mesa de ezzati y cristian contreras. me felicitaron por estar presente ahí. y me preguntaron que me parecía el encuentro. mis palabras, una vez mas, no fueron afortunadas: «es triste que no participen mas jóvenes. se supone que en este encuentro se buscan nuevas maneras de poner a la iglesia al servicio de la gente, de insertarla en el realidad cotidiana de las personas, pero resulta que la iglesia se esmera en alejarse de esa realidad. cada dia son mas los jóvenes que se alejan de la iglesia y los adultos que se declaran agnósticos. lamentablemente la actitud de la jerarquía, de ustedes los obispos, hacen que uno se desmotive y busque canalizar las ganas de «hacer» en otras vías o instituciones. hay culpa de los laicos que no motivamos lo suficiente, pero hay mas culpa de ustedes porque nos apartan de las decisiones y minimizan el liderazgo de laicos comprometidos». no es necesario agregar que hasta ahí llego la conversación y que no me volvieron a dirigir la palabra.
    en esa fecha, no se hablaba ni de corrupción ni de los hechos hoy conocidos por todos, pero ya se presentía la distancia, esa Psicología de Elite que ustedes mencionan y Francisco ha podido diagnosticar con precisión. la iglesia, su jerarquía, se alejo del evangelio buscando mantener su poder político y económico, sus privilegios y beneficios. e intentó acallar las voces disidentes dentro de los mismos curas, apartándolos de todo. y vinieron los escándalos, los juicios, las prescripciones. y la desconfianza, la lejanía.
    yo lo lamento sinceramente, por los buenos curas que tuve el privilegio de conocer (matias Valenzuela, Sandro mancilla, galo fernandez, pablo Walker, Jorge Orellana, tu mismo…) y por aquellos que dieron su vida intentando ser testimonio de la buena noticia. pero espero, confiadamente, que asi como tu voz, la de Felipe, de mariano, se levanten otras tantas, reconociendo las faltas, pidiendo el perdón y proponiendo soluciones y motivando los cambios necesarios y urgentes que requiere la iglesia.
    por esto, roguemos al Señor…

  17. daniela parra 20 mayo, 2018 @ 02:42

    Fuerza a la congregación , la literatura ha dejado en claro que los SSCC nunca estuvieron cerca ni compartían las acciones extrañas de Karadima, me enorgullece ser parte de una congregación cercana al pueblo y a los sufrientes, no una congregación elitista que no se jacta de la cantidad de obispos que se han entregado a la iglesia, son los menos, la mayoría ha optado por la vida en comunidad, votos de pobrezas que los caracteriza , desde mi percepción de laica donde he trabajado desde los 7 años y por ende conozco a la mayoría de los hermanos, participé del encuentro juvenil de jóvenes, de todas las confraternidades de parroquias, de trabajos voluntarios de invierno y verano y jamás vi ni he he visto una actitud fura de lugar por parte de sacerdotes o hermanos, me enorgullece ser parte de una congregación, donde con dolor, pena y asombro hemos visto a hermanos, sacerdotes con los pantalones bien puestos y siendo muy hombres decir, ésto no es lo mío, elijo otro camino… en este momento los sacerdotes están pasando momentos muy duros donde necesitan nuestro apoyo de los laicos que hemos sido bendecidos por una iglesia sana y como decía Miguel Macaya «todos somos iglesia»…

  18. Elizabeth Gabelini 20 mayo, 2018 @ 05:28

    Graciass, por tan verdadero y adecuado comentario, vuelvo a creer que se puede cambiar lo manchado, por un resplandor de renovación de nuestra Iglesia querida, de nuestros obispos y nuestros sacerdotes.

  19. Gracias Buenísimo tu artículo Por mi parte 🤔 Pienso:
    En el momento que la jerarquía de la Iglesia se separó del pueblo comenzó el desplome de la Iglesia Jesus vivia en el mundo cerca de la gente y como la gente. Se vestía como ellos comía como ellos hablaba como ellos. Pero el poder y la riqueza al final siempre corrompe Para mi no hay nada más tenebroso ver cómo se visten cómo hablan ,como se paran en la vida, como celebran los Obispos La justicia que se auto imponen. (Son delincuentes quienes envían al cura pedofilo a parroquias pobres y/o alejadas o a vivir de modo privilegiado retirado orando y flojeando) Su complejo de superioridad y su hermetismo me ha echo desconfiar de ellos siempre Ojalá está crisis promueva los cambios que sugieres (fin celibato ,mujeres sacerdotas. Iglesia en comunidades ). Se haga de verdad justicia, se sepa toda la verdad y se repare de verdad ) sino esta Iglesia tiene sus días contados. (La gente no es tonta )

  20. Cada congregación debiera también mirarse, no se trata de los obispos solamente sino del clero. Espero oír cómo se pronuncian sobre sus propios procesos partiendo por el de Gerardo Joannon.

  21. María José Tapia 20 mayo, 2018 @ 12:55

    Escucho y leo todo lo que ha estado pasando y no dejo de pensar, que junto con reconocer nuestra diversidad hay que entender y distinguir el abuso, lo no sano. NO significa ser homosexual o lesbiana y tender a menores, hay que distinguir con las herramientas psicológicas adecuadas a los abusadores y erradicar la creencia de que la vida eclesial les ocultará o dará el control o la sanidad.
    Es necesario también trabajar la afectividad en la vida religiosa. Es urgente. Los seres humanos son afecto y es necesario que las autoridades eclesiales y formativas avancen en la incorporación de formación psicológica para el desarrollo afectivo de quien opta por el celibato, distinguiéndolo de la castidad, que es absolutamente vivible en pareja: pues tiene que ver con amor y respeto profundo de la exclusividad y amor en los momentos difíciles.

  22. Josefina Correa 20 mayo, 2018 @ 12:56

    Gracias! Esta es la nueva y renovada iglesias que estamos esperando. Una iglesia que nos acoja a todos, bien inclusiva.

  23. Gracias por la claridad por llevar la opinión de frente. Me parece maravilloso estar viviendo estos momentos de cuestionamiento de la iglesia. Le agradezco sinceramente a todos los que perseveraron para q se hable con verdad y se haga justicia.

  24. ' Inés Ramos 20 mayo, 2018 @ 13:21

    Gracias..gracias a los que perseveraron en la verdad hasta ser escuchados..este es el principio de una Iglesia real..así lo veo y espero que los cambios se produzcan con prontitud. .estamos todos muy dañados..

  25. Gracias muy esperanzador, habemos muchos curas que pensamos como usted. Gracias

  26. Alejandra Perez 20 mayo, 2018 @ 20:22

    Estoy de acuerdo contigo, es la secta del Bosque, pero no solo ellos. Es una manera de pensar clericalista, machista, elitista, infantilizadora de los otros. Es también una forma de delinquir organizada, la misma investigación de la Royal Comission da cuenta de ello. Entonces, ¿como interpela eso a la gente de buena consiencia? «Quedarse», ¿significa avalar una forma de asociación ilicita?. Yo, como mujer laica, me lo pregunto seriamente. ¿Debo aguantar ser tratada como niña lesa, mientras se abusa de la consiencia y los cuerpos de mis hermanos menores? Está bien, la iglesia somos todos pero de facto unos son más iglesia que otras. Es cosa de escuchar los comentarios de los obispos a su vuelta ¡No entendieron nada! Se abrio la caja y, al fondo, quedó la esperanza. No me queda claro si para mi ya fue muy tarde.

  27. L. Alfredo Alliende 20 mayo, 2018 @ 21:40

    Muchas gracias por el excelente artículo que me interpreta completamente.

    Ojalá que además de los obispos responsables, los causantes directos y quienes con una soberbia denigrante criticaron e insultaron a quienes con valentía denunciaron los primeros hechos, pidan el perdón por el daño que han ha hecho a nuestra Iglesia.

    Durante un tiempo, que no pasaron de 18 meses, hace ya más de 50 años participe en el grupo de El Bosque (dejo en claro que nada de lo denunciado en la actualidad me ocurrió), pero desde entonces y cada día que el buen Dios me mantenga en esta tierra, he dado y seguiré dando gracias que el Espíritu Santo me iluminó y me hizo ver que el camino y la visión de La Iglesia debía ser otra, pensando en los demás y ayudándolos, por lo que decidí retirarme y no participar más.

    Gracias a todos los que sufrieron y tuvieron la valentía de denunciar los hechos acaecidos y, a todos los que se mantuvieron firmes en la postura de no soportar más que se los pasara a llevar.

  28. Francisco Muñoz 21 mayo, 2018 @ 05:54

    Excelente y muy completo analisis. Ojalá podamos ver con prontitud, un «cambio de look», en nuestra jerarquía eclesiástica

  29. Eugenio Sommella Vargas 21 mayo, 2018 @ 10:49

    Los obispos están absolutamente en otra
    Los vieron con que cara de alegría se paseaban por los pasillos y lugares de donde estaban después de leer y reflexionar la carta del Santo Padre contestando siempre con ese secretísimo perturbador como diciéndonos “ ustedes no se metan a ustedes no les interesa””
    No les creo nada. El único que para mi gusto se salvaba, Goic , con sus declaraciones poco afortunadas es no cachar que el es pastor, consultor, detectéctive, investigador PASTOR DE SU REBAÑO
    Que desilución; pero ya pidió perdón
    Ayer en la celebración Pentecostés salí quemado por esas lenguas de fuego tocado y dispuesto a trabajas por esa iglesia acogedora y cercana y si algo no me gusta , como voy a pitiar y acompañar a este Papa que me está reconquistando

  30. Andrés Reyes Oyarzo 21 mayo, 2018 @ 16:11

    Chall tu Peñi Alex. «Sólo lo que se asume, se redime» Como lo que antiguamente llamaban Laico (ser de segunda clase en nuestra iglesia), hoy SEGUIDOR DEL NAZARENO,seguiremos gritando el Evangelio con el cotidiano, sabiendo que la ESPERANZA EN LA INFÍNITA POSIBILIDAD DE CAMBIOs quizás hoy las Revolucionaria. Abrazos fraternales , sororalea y agradecidos

  31. Gracias Alex por tu reflexión tan profunda y oportuna. También por los comentarios que han hecho las personas que Te leyeron. Me da esperanza que haya más Laicos y sacerdotes que verdaderamente entiendan lo que está pasando. Me he llegado a sentir muy sola en Talca pero gracias a ustedes estoy viendo más gente que sigue al verdadero Jesus en quien creo.

  32. Gracias y me emociona, porque amo esta iglesia que tanto me ha entregado durante mi vida. Y como dicen algunos «la crisis es una oportunidad de crecimiento». Un abrazo y que Jesús nos acompañe para volver al servicio evangélico.

  33. Marta Chavez Chavez 21 mayo, 2018 @ 19:25

    Excelente! Mil gracias. Como decía mi padre «mejor sería malo». Estoy de acuerdo en que la falta de todo es porque no ha estado «el genio femenino» en tomas de decisiones. Es distinto el poder que el servicio y las mujeres somos expertas en entregar. Lo hemos aprendido de María. El patriarcado ha sido nefasto al no darnos la importancia que nos corresponde. Pero desde la crisis nuestra iglesia será como debió ser desde el principio. Gracias Señor!

  34. Maria Paz Elorrieta 21 mayo, 2018 @ 20:27

    Estamos viviendo una crisis, consecuencia de muchos errores. El diagnóstico ya está hecho por el vicario de Cristo. Comprendo el desahogo que aparece en esta columna, pero me preocupa que nos quedemos pegados en el diagnóstico. Me parece más sano darnos cuenta de que TODOS necesitamos convertirnos y mejorar, porque la posibilidad de abuso de conciencia y de poder se da, primero, en el corazón. Es necesario reconocer las cosas que se han hecho mal, pero ni el mundo ni la Iglesia se divide en buenos y malos.
    Me preocupa que sigamos el mismo camino de lo que se critica: encumbrarse desde una posición en la que, con falta de humildad, se juzguen actitudes reprobables, que lo son, sin la conciencia de que también yo también puedo caer en ellas. Jesús lo enseñó cuando quisieron apedrear a la mujer adúltera: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
    Más certero es rezar para que quien guíe los cambios sea el Espíritu Santo y no nuestros criterios humanos. Es importante dejarle el espacio que le compete para poder ver el rostro hermoso de la Iglesia como Esposa de Cristo, y no una que se adecúe a nuestros criterios, porque esa sí que está condenada a morir. La de Cristo, en cambio, permanecerá hasta el fin de los tiempos, porque Él así lo prometió.

  35. Luz María Ruiz-Tagle 29 mayo, 2018 @ 20:45

    Gracias Alex !!!! Leer calmadamente estas palabras y reflexiones tan profundas , me llenan de verdaderas esperanzas !! Entre laicos y sacerdotes re-construiremos la iglesia de todos , estoy segura que con personas como tú , con tu ayuda , lo vamos a lograr . Muchas gracias!

  36. Nicolas Luco Rojas 11 junio, 2018 @ 10:08

    La horizontalidad de las relaciones en la que nos sumen las nuevas tecnologías de la comunicación, y las posibilidades de análisis de grandes cantidades de opiniones mediante minería de datos transforma las relaciones sociales. Las personas podemos hacer oir nuestras voces ante la autoridad y entre nosotros (como ocurre en esta comunidad de comentaristas). Esta transformación del servicio de la autoridad posibilita una convivencia aún más a lo Jesús. También puede dar miedo.

Comentarios Cerrados.